Ayúdanos a interiorizar la Palabra hecha carne en tu seno; enséñanos la humildad de la escucha y de la entrega silenciosa de quien se sabe pobre y pequeño, pero engrandecido por el gran misterio que lleva dentro.
Ayúdanos a hacer de la vida un continuo Adviento: a vivir en serena y confiada espera, una vida entregada en un "hagase" salido de la mente y del corazón, un hágase de quien se sabe también en manos del AMOR y está receptivo a los planes que Dios Padre tiene para él, sean los que sean.
María, esperamos contigo al Rey de la Paz, de la Justicia,...esperamos contigo al REY DEL AMOR.
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